miércoles, 1 de mayo de 2013

El círculo virtuoso empleados-resultados

Durante la etapa de crecimiento económico que vivimos en España en el período comprendido entre los años 1995 y 2007, no prestamos la atención suficiente a una serie de indicadores que ya por aquel entonces presagiaban lo que finalmente acontecería a partir de 2008, año en el que explotó la burbuja inmobiliaria y que marcaría el principio de esta dura crisis en la que todavía hoy permanecemos inmersos.

No tuvimos en cuenta que nuestra capacidad adquisitiva iba disminuyendo a medida que aumentaba la presión fiscal, mientras que nuestros salarios no se acompasaban con el nivel de vida que ficticiamente se nos vendía como asequible. Otro aspecto que no advertimos, mientras vivíamos en una especie de feria continua, fue la intensificación de la brecha salarial abierta entre los puestos directivos y el resto de los empleados. Mientras estos ejecutivos de "cuello blanco" recibían cuantiosos incentivos, cerca del 20% de la población española vivía por debajo del umbral de la pobreza y más de la mitad de los trabajadores no tenían capacidad para afrontar gastos imprevistos (o circunstancias imprevistas, como más tarde se demostró).

Hay una serie de medidas que pueden impedir que se repitan este tipo de escenarios en el futuro y que pueden ser, a la vez, las que nos ayuden a salir de la difícil situación actual. Estas medidas deben centrarse en alinear las políticas retributivas de nuestras empresas con sus estrategias de negocio, con su cultura (valores y principios que dirigen el "cómo hacer" y el "cómo no hacer") y con la gestión de los recursos humanos.

Se trata de poner en marcha, como algo inevitable, una política de retribución total, que no sólo contemple recompensas monetarias sino también otros intangibles: facilitar la conciliación con la vida familiar, la flexibilidad de horarios (por ejemplo, implantando modalidades de teletrabajo), poder contar con más tiempo libre, diseñar planes de formación y de desarrollo de carrera profesional, etc.

Esta será la fórmula mágica que pondrá en funcionamiento el círculo virtuoso "empleados-resultados": empleados satisfechos con sus empresas provocarán resultados favorables y resultados favorables revertirán en mejorar la satisfacción de sus empleados. Este provechoso continuum puede resumirse en una idea muy simple: invierte una parte de tus beneficios en el recurso más importante de tu empresa, tu capital humano.