martes, 1 de marzo de 2011

Flexigurity o gestionando el capital humano

Hoy en día, ha aparecido un nuevo concepto que debe guiar la forma en que las organizaciones gestionan su capital humano: la flexigurity.

Flexigurity es: flexibilidad (que las personas puedan asumir responsabilidades muy distintas) y seguridad (nuestras organizaciones deben dotarnos de aquellas capacidades que el mercado necesita, ¡necesitamos ser "empleables"!).

La falta de flexibilidad genera estancamiento y la baja seguridad implica miedo. Esto provocará: estrés, ansiedad, depresión,... La depresión será posiblemente una de las causas de baja laboral más común en nuestras organizaciones, en un futuro no muy lejano.

Todo lo que las empresas deben hacer para potenciar a su personal debe dirigirse hacia estos dos factores. Pero, ¿cómo?

Está claro que la seguridad se potenciará fortaleciendo por un lado los conocimientos y por otro lado la confianza. Es decir, volvemos de nuevo a tener que animar a nuestros empleados para que musculen el cerebro cortex (el del análisis y el rigor) y el cerebro límbico (el de las emociones).

Así que, debemos llenar nuestras empresas de gimnasios. Pero, de gimnasios especiales donde mediante la repetición de ejercicios propuestos por nuestro entrenador personal (el coacher) podamos ir adquiriendo las herramientas necesarias para fortalecer estos aspectos.

Darle a cada empleado la formación que necesite en cada momento para desarrollar, de forma excelente, las tareas que tiene asignadas en cada momento (o formación JIT "Just In Time") también puede ser una fórmula válida.

¿Y la flexibilidad? No se me ocurre mejor método que fomentando o promoviendo la variedad de tareas/habilidades o haciendo que nuestros empleados se enfrenten a situaciones diferentes a las que están habituados.

Por ejemplo, en todas nuestras empresas podemos encontrarnos con personas que hablan mucho y escuchan poco y con personas que hablan poco y escuchan mucho (quizá también haya personas que ni hablan ni escuchan, pero lo mejor que podemos hacer es alejarnos de ellos). A los primeros los denominaré "charlatanes" y a los segundos "calladitos", de forma cariñosa. A los "charlatanes" podemos mandarles a cuantas conferencias se nos ocurran y luego animarles para que escriban sus reflexiones o críticas en un blog institucional. A los "calladitos" les animaremos a preparar presentaciones de cualquier tema y a tener que defenderlas en público.

Podemos seguir un modelo parecido para los "quejicas", los "pasotas",... o cualquier otro rol que podamos encontrarnos en nuestros equipos de trabajo.

Parece que estemos tratando solamente de fastidiar a nuestros empleados, pero realmente lo que estamos consiguiendo es que sean más flexibles y seguros ;-)